Cuáles son tus talentos?

Cuáles son tus talentos?

 

Cuando pensamos en alguna persona famosa por sus descubrimientos o por el éxito que ha tenido en determinados ámbitos, solo nos fijamos en lo buena que es haciendo eso y a penas dedicamos tiempo a pensar si toda su trayectoria previa fue en la misma línea o habrá tenido altibajos.

 

Sabías, por ejemplo, que la editorial Losada se había negado a publicar la primera novela del Premio NOBEL Gabriel García Márquez?

 

 

Cuál sería tu respuesta si alguien te pregunta cuáles son tus talentos? Qué dirías? Alguna vez lo has pensado? Y alguna vez has probado a preguntar a alguno de tus conocidos por los suyos?

 

Si es que sí, verías que la primera respuesta es “yo no soy bueno/a en nada!”. No solemos destacar nuestros talentos, posiblemente porque en la mayoría de los casos ni los conocemos. No todo el mundo se para a hacer un ejercicio de autoconocimiento y por tanto tardamos mucho tiempo, incluso años, en saber en qué somos buenos/as (si es que llegamos a saberlo en algún momento de nuestra vida). Repetimos en numerosas ocasiones aquello que nos gusta pero eso puede coincidir o no con aquello en lo que somos buenos… de ahí que haya muchas personas dedicadas a trabajos que, gustándoles o no, realizándolos mejor o peor, no son lo que les hace sentir bien.

Hay casos de personas con talento que fueron rechazadas por expertos en la materia en cuestión y aún así persistieron y alcanzaron el éxito. Párate a pensar qué habría sido de esas personas si hubiesen acatado la decisión de tales expertos y no hubiesen insistido ni se hubiesen mantenido constantes!!

 

Y tú, hacia cuál te decantas?

 

a. Hay personas que tienden a pensar que ciertas cualidades como la inteligencia o el talento son cualidades innatas y que no se pueden modificar; son personas que asumen lo que les ocurre en la vida, bien sea positivo o negativo, éxito o fracaso, y lo atribuyen a una consecuencia directa de lo que son capaces de hacer, de sus valías. Para estas personas todo se suele mover en lo negro y lo blanco: son buenos si alcanzan el éxito y se consideran malos si fracasan en algo. Casi siempre coincide con personas que abandonan sus tareas y no son perseverantes.

b. Por el contrario, existe otra línea de pensamiento que es la de las personas que creen que, aunque todos nacemos con unas cualidades y capacidad determinadas, todos podemos aprender y desarrollar esa capacidad mediante dedicación, práctica o esfuerzo. Las personas que creemos que las cualidades pueden desarrollarse, vivimos estimuladas, motivadas y con pasión por aprender y seguir mejorando y creciendo personal y profesionalmente. Somos personas abiertas a nuevos retos y que tratamos de afrontar las dificultades.

 

Según esto podemos hablar de 2 tipos de mentalidades: la fija (punto a. descrito anteriormente) y la de crecimiento (punto b.).

Aunque es cierto que todas las personas presentan elementos de ambas, cada persona funciona más en una de ellas y eso define la forma en que se comporta ante los retos que le sobrevienen y los fracasos en los que se ve inmersa.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Como educadores, cómo cultivar la mentalidad de crecimiento en nuestros menores.

 

Parece obvio que, como personas dedicadas a la educación y en constante relación con menores, en su etapa de crecimiento, formación personal y académica, tratemos de fomentar la mentalidad de crecimiento. Debemos poner el foco y transmitir que TODOS Y TODAS SOMOS BUENOS Y BUENAS EN ALGO, pero debemos descubrir en qué y para ello, debemos estar en constante movimiento, en actividad, en contacto, manteniendo relación con otros, estableciendo redes, probando materiales y abiertos a nuevos frentes que nos supongan retos que debamos afrontar.

Como educadores y acompañantes, debemos saber dar las pautas para afrontar esos retos, tomar decisiones, valorar, … Muchas veces pensamos que todo esto “queda grande” en la vida de nuestros menores. Por supuesto, no van a decidir grandes cuestiones vitales porque no les corresponde pero un reto para ellos es hacer bien una tarea, una decisión importante es decidir a qué fiesta de cumpleaños asistir cuando coinciden las de dos mejores amig@s, un problema es la rotura de un juguete o una cera y un fracaso, haberse quedado dormidos y no haber acabado de ver la película con mamá o papá. Ante esto, a nuestros menores debemos facilitarles herramientas, adaptadas a ellos y ellas, con las que ir creciendo y formándose, con las que valorar y decidir.

 

___En Arenaria trabajamos durante todo el año con menores desde los tres años. Realizamos mayoritariamente actividades en las que la metodología es manipulativa y de participación activa y en la que se fomentan el trabajo en equipo, y el compartir. Conocemos a la perfección el término diversidad (y nos encanta!) porque convivimos y vivimos con ella: en nuestras actividades hay infinidad de realidades distintas, incluidas las propias y eso, además de enriquecer, nos hace estar alerta y preparar con más esmero y dedicación, si cabe, todas nuestras actuaciones.

Queremos con esto trasmitir que, los educadores y todas las personas que de un modo u otro, se encuentran o participan en la educación de los menores (futuro de nuestra sociedad) deben saber que ocupamos un lugar muy importante y necesario y debemos estar en disposición de ayudarles, guiarles y acompañarles de manera exquisita y óptima, más allá de intervenir con la simple ejecución de actividades o pensando en una mera recompensa económica. Nuestros menores, su educación y nuestro futuro como sociedad transcienden todo eso!

 

  • NUESTRA SOCIEDAD tiende a fomentar la mentalidad fija. Muchas veces se hacen comentarios, emiten juicios y se envían mensajes que limitan las ganas de aprender, que no motivan sino que dirigen hacia lo inmediato, al corto placismo, a la recompensa inmediata y eso va en contra de la naturaleza de la especie humana que, puede imaginar, pensar, dedicar tiempo a explorar, manipular, …

 

  • EL SISTEMA EDUCATIVO está asentado en la consecución de contenidos y acumulación de notas numéricas, incluso a veces etiquetamos (también fuera del sistema educativo) porque pensamos que una etiqueta nos soluciona algo por el hecho de existir y es contraproducente; hay que definir y clarificar pero de forma flexible y sin condicionar.

 

En realidad, sabemos que todos nacemos con ganas de aprender, somos curiosos, exploramos, preguntamos, … pero si la educación recibida y nuestro entorno tienen bases de mentalidad fija, todo eso se irá limitando.

 

CÓMO PODEMOS CULTIVAR ESA MENTALIDAD DE CRECIMIENTO?

  • Explicando la existencia y diferencia entre ambas mentalidades.
  • Teniendo presente y dar normalidad a la diversidad en todos sus sentidos.
  • Fomentando que ni el éxito ni el fracaso son quienes definen nuestras capacidades; podemos fracasar o tener éxito debido a numerosísimos factores, muchos de los que no controlamos. Lo que debemos saber es afrontar tanto el éxito como aprender del fracaso. Debemos aprender de los errores.
  • Las personas no debemos diferenciarnos por nuestras habilidades sino elogiar por el esfuerzo que cada una realiza.
  • No nacemos con criterios así que cuantas menos etiquetas, mejor creceremos. Si tienes una etiqueta “positiva” no querrás perderla por nada del mundo pero si es “negativa” comienzas un enfrentamiento contigo mismo pensando en si la mereces o no. Fuera etiquetas!
  • Facilitando herramientas para aprender y mejorar la comunicación con los demás; crear crítica constructiva, colaborar, ayudar a quien lo necesite y saber que podemos y debemos pedir ayuda cuando la necesitemos.

 

Todo esto, por supuesto, aplica en todos los ámbitos de la sociedad en que vivimos, no solo para las personas vinculadas a la educación.

 

 

 

Tratemos de formar personas que lo académico vendrá solo. Formemos personas porque los éxitos florecerán.

 

 

Gracias por seguirnos,

María Calvo

 

 

 

Temas relacionados sobre los que escribiremos:

  1. La inteligencia artificial en la educación de los menores. Educar en un mundo en el que las pantallas son protagonistas.
  2.  Los monitores de actividades en la vida de tus hijos.

 

 

 

 

 

 

 

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